Pasada ya la resaca de las ferias, por cierto muy largas y calurosas, de las que hemos disfrutado con intensidad, y tras el intenso fin de semana electoral, retomamos la línea cultural. Y no podía ser con otro edificio que con la recién estrenada Biblioteca Niveiro Alfar El Carmen.
Fue a finales del siglo XVII cuando la orden mendicante de los Carmelitas, decide instalarse en nuestra ciudad, aunque tuvieron que salvar muchos obstáculos. Para ello se ponen manos a la obra, recaudan fondos con el fin de construir este impresionante edificio; y a pesar de lo pobre que era esta orden y los materiales baratos que emplearon, levantaron una imponente iglesia y las dependencias que albergarían a los monjes, las cuales actualmente solo podemos intuir.
El diseño tiene la influencia del arquitecto Fray Lorenzo de San Nicolás, a quien debemos en Talavera, la cúpula de la Basilíca, el Convento de San Agustín (actual Museo Ruiz de Luna) y el convento de las Bernardas. Edificio de estilo barroco, en la fachada se aprecia su impronta decorativa a base de jugar con los relieves en la forma de colocar los ladrillos. Esta iglesia alcanza una altura extraordinaria y está rematada por una cúpula similar a la de la Basílica, aunque la del Carmen no cuenta con tambor. Si pasean por delante de su fachada y tienen buena vista, no dejen de levantar la mirada hacia lo más alto, y podrán observar un cuadrado de azulejería; en él observarán que hay un texto escrito. Se trata de un “Padrenuestro”.
Al visitar a nueva Biblioteca talaverana, además de contemplar la belleza del edificio original, nos podemos hacer una idea bastante clara de lo que allí ocurrió a partir de 1849 cuando Juan Niveiro (uno de los ceramistas más importantes de Talavera, junto con Ruiz de Luna) compra el edificio y lo modifica según las necesidades que le plantea el alfar de cerámica que durante un siglo allí se ubicó. De hecho la cerámica que adorna actualmente la fachada fue colocada por este ceramista talaverano.
Dentro del inmueble, también se pueden admirar dos de los tres hornos donde se cocían las piezas de cerámica, así como el lugar exacto donde se “pisaba” y amasaba el barro. La biblioteca cuenta además, con sala infantil, en la que tienen lugar talleres para los más pequeños, y cuentacuentos; y sala juvenil con acceso a internet, así como un salón de actos.
En definitiva, un nuevo lugar de encuentro cultural de nuestra ciudad, ubicado en uno de los barrios más emblemáticos. En él todavía se puede respirar algo de la paz que los monjes que lo idearon allí experimentarían, y donde ahora nos podemos reencontrar con la tradición artesana más importante de Talavera ( no en vano es la “ciudad de la cerámica”), a la vez que disfrutar de un agradable momento de lectura o estudio en alguno de los rincones que se han habilitado para ello.
Podéis ver una galería con varias fotos del lugar en nuestra sección Talavera en Imágenes